Robaron más de cien millones de dólares en joyas, pero cayeron por tirar la basura
El asalto es considerado el golpe más audaz del siglo XXI. Fue en 2003, en Bélgica. Los delincuentes lograron sortear los sistemas de seguridad más sofisticados, pero los delató el ADN que dejaron en sandwichs de salame.
No se puede robar. La bóveda está en un sótano. El lugar tiene diez medidas de seguridad diferentes, entre ellas, detectores de calor infrarrojos, radar Doppler, un campo magnético, un sensor sísmico, una rejilla de barras de acero, una cámara externa de seguridad, un sensor de luz, un sensor de movimiento, una cámara interna y una cerradura con 100 millones de combinaciones posibles. Queda en el edificio Diamond Center, del barrio de los diamantes de Amberes, Bélgica, donde, además, hay barreras en casi todas las calles y más policías que comerciantes. El lugar más seguro de una de las zonas más seguras del mundo. ¿Robarlo? No, es inviable, imposible, impracticable, inalcanzable, inasequible, utópico. Y lo robaron.
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